Salas de exposiciones temporales del Museo de Bellas Artes de Granada. Palacio de Carlos V. Conjunto Monumental de la Alhambra y Generalife. A 10 minutos caminando del Hotel Alhambra Palace.
El día 9 de julio de 1870 la família Fortuny-Madrazo solemnizaba su llegada a la ciudad de Granada cumpliendo con el rito preceptivo de visitar el monumento más emblemático de la ciudad: el palacio de la Alhambra.
A partir de esa fecha el pintor inició un idilio con uno de los lugares más recónditos de la geografía europea, uno de los más alejados de la influencia de las grandes capitales artísticas. Durante dos largos e intensos años, Mariano Fortuny (1838-1874) protagonizó una relación sentimental con un paisaje con el que llegó a sentirse fuertemente identificado y en el que vivió uno de los momentos más felices de su corta existencia. La decisión de fijar su residencia en Granada y alejarse de aquellos lugares en los que había obtenido una gran reputación artística, vino a corroborar una situación de crisis y un momento de insatisfacción provocados por una dinámica comercial en la que se sentía atrapado y de la que deseaba alejarse.
El artista llegó a Andalucía rodeado de una aureola triunfal, como un artista que había alcanzado la consagración unos meses antes tras haber presentado en la galería Goupil de París una de las obras que más contribuyó a catapultarlo y transformarlo en un referente canónico de la pintura europea. La presentación de La Vicaría venía a culminar el modelo que tantas satisfacciones le había otorgado, al concederle la oportunidad de obtener un reconocimiento público sin parangón. Sin embargo, a pesar de sus bondades, la obra reflejaba un cierto síndrome de repetición que parecía condenar al pintor a repetir unas fórmulas preciosistas y estereotipadas que si bien constituían una receta garantizada de éxito, le obligaban a permanecer fiel a una estructura rígida de la que no podía desprenderse.
En este sentido, la situación personal de Fortuny venía a reflejar el eterno dilema existente entre el deseo y la realidad. De alguna forma, en Granada encontró el clima favorable que le permitió superar la dicotomía en la que se sentía atrapado, un marco y un contexto que le ayudaron a reiniciar su andadura creativa, cumpliendo la función simbólica de un rito de iniciación.
La prueba de esta fecunda relación fue el incremento de su, ya de por sí, admirable capacidad de trabajo. Durante estos dos años su producción se incrementó exponencialmente y, lo que es más importante, esta fecundidad se vio acrecentada por la obtención de unos frutos de una gran belleza artística. Los logros conseguidos fueron magníficos y contribuyeron al crecimiento profesional de Fortuny que aprovechó la oportunidad que le ofrecía el entorno para reorientar su carrera y dar rienda suelta al deseo de satisfacer sus impulsos creativos.
Durante este tiempo, Fortuny realizó algunas de las obras más emblemáticas de su quehacer creativo, aquellas que, con el paso del tiempo, se han transformado en algunas de las composiciones más icónicas. Al respecto, podemos mencionar pinturas de la importancia de: La matanza de los abencerrajes, Tribunal de la Alhambra, Carmen Bastián, Paisaje de Granada, Almuerzo en la Alhambra o Músicos Árabes, por citar sólo algunas de todas aquellas que hicieron de la etapa de actividad granadina una de las más significativas de todas cuantas llegó a protagonizar.
Francesc Quilez (Comisario)
Lugar:
Salas de exposiciones temporales del Museo de Bellas Artes de Granada. Palacio de Carlos V. Conjunto Monumental de la Alhambra y Generalife.
Horario /Fechas (inauguración y clausura)
Del 23 de noviembre de 2016 al 26 de marzo de 2017
De lunes a domingo de 10 a 18 horas
ENTRADA GRATUITA
Visitas guiadas gratuitas
Domingos a las 11h
Grupos NO SUPERIORES a 15 personas
INFORMACIÓN Y RESERVAS:
Corral de Carbón
958 575 126
alhambraeduca.pag@juntadeandalucia.es
Más información: www.alhambra-patronato.es
Organiza
PATRONATO DE LA ALHAMBRA Y GENERALIFE
OBRA SOCIAL “LA CAIXA”
MNAC – Museu Nacional d’Art de Catalunya
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